martes, octubre 31, 2006

Leyendas de la montaña

Existe una leyenda que se cuenta en las tertulias que los corredores de montaña hacemos de cuando en vez, y que dice:

En un época muy lejana, un grupo de gente perseguida por un tirano buscó refugio en las montañas de la comarca. Al entrar en un bosquecillo, cuando estaban a punto de ser alcanzados por los sicarios del tirano, suplicaron a la Montaña ayuda, ofreciéndole a cambio fidelidad eterna. La Madre Montaña de inmediato los acogió, ocultándoles de los malvados esbirros y salvándoles de una muerte segura.
De este modo nació la estirpe de los protectores de la montaña, gente que vive por y para la supervivencia y conservación de los valles, bosques, senderos, cerros y cimas de las montañas de nuestra Tierra.
Hace unos años, en nuestra comarca renació el interés por la montaña –seguramente promovido por alguno de estos seres, infiltrados entre nosotros-, y se comenzaron a organizar carreras, paseos y visitas recorriendo la infinidad de senderos y caminos que surcan nuestros montes.
En todas estas carreras siempre ha habido un grupo de gente que acude puntual a la cita, que viaja a comarcas vecinas o lejanas para hollar otros senderos y establecer lazos de unión entre las gentes. Los rumores hablan de que esta gente desciende de aquella estirpe primigenia y que su cometido es sembrar la semilla del amor y la protección a las montañas entre el resto de los mortales, renunciando a su vida montaraz.
Deciros que creo que os conozco, hablo con vosotros, corro con vosotros y sé que me leéis, y que en mí ha arraigado la semilla firmemente, lo cual os agradezco sobremanera.
Vayáis donde vayáis –al verde y frondoso Norte, a las inmensas llanuras de Castilla, a los desolados desiertos del Sur-, sabed que mi alma os acompaña.

miércoles, octubre 25, 2006

Mi primer maratón: Valencia '06

Los instantes previos a la salida

Nervios, emoción, ganas inmensas de correr, … multitud de sensaciones se agolpan en mi interior. Es mi nacimiento para la maratón, mi primer GRAN reto desde que entré en el mundo del correr. Hablo con unos y otros, compañeros de club, conocidos de otras carreras. Estas conversaciones me sirven de escape y ayudan a que transcurra el tiempo.
La inicial preocupación por el tiempo, nublado y ventoso, es engullida por el resto de sensaciones.

La salida

¡¡Pam!! Salimos en el grupo de 3h30, ya está, ha comenzado el reto. Salgo eufórico, invencible, seguro de superar la prueba; además, mi hijo mayor estará en la meta y eso ocupa en mi mente un lugar privilegiado.

La primera mitad

Los kilómetros pasan rápido; vamos con un ritmo algo irregular pero las fuerzas se mantienen; las pulsaciones son algo altas, pero no me preocupa. Veo a mi hijo, con mi hermano y un primo mío, están haciendo fotos y me animan al pasar, tímidamente él: inyección de fuerza y moral.
Llega el km. 21 y lo pasamos algo más rápido de lo previsto, pero sigo bien. La gente cada vez habla menos.

Comienzan las dificultades

A partir del km. 24 comienzo a notar cansancio, pero pienso que será normal. Mi compañero aumenta ligeramente el ritmo y se va marchando, poco a poco, pero estaba previsto; está bastante más fuerte que yo.
En el km. 28 noto que me cuesta seguir el ritmo del grupo, y comienzo a preocuparme. El km. 29 supone un punto de inflexión en mi carrera, pierdo el contacto con el grupo y noto que las fuerzas me abandonan. Intento beber más, pero posiblemente sea tarde.

Llega el calvario

En el km. 30 cometo un error fatal, me tomo una bala de glucosa. Estoy bastante jodido, y entonces vuelvo a ver a mi hijo y recupero algo de energía, incluso le sonrío y le hago un gesto de que todo va bien, pero mi hermano se da cuenta de que lo estoy pasando mal. Para arreglar las cosas, el viento nos comienza a dar totalmente de cara.
Hago un análisis de la situación, y determino que tengo que acabar sí o sí, así que cambio de táctica: mi meta es pasar cada kilómetro en menos de 6’30, algo que voy consiguiendo y que me infunde algo de moral. Por otro lado, veo que hay gente en peor estado que yo, lo cual me ayuda a seguir.
El último tramo, dentro del antiguo cauce del río, es tremendo, con la tierra levantada por el viento que te da en el rostro, pero me concentro en los tiempos y pienso que tengo a mi hijo esperando en meta, así que consigo que los últimos kilómetros no sean demasiado agónicos.

¡Meta a la vista!

En el último kilómetro me permito el lujo de “cambiar” el ritmo –lo hice en 5’38-. Entro en la pista de atletismo y, de pronto, me invade una sensación de euforia y felicidad increíbles. Cruzo la meta exhausto pero feliz, veo a mi hijo en la grada sonriendo, y le hago el signo de la victoria.

El esfuerzo se paga

Cuando paro, empieza a dolerme todo; ando un poco, intento estirar pero no puedo, me dan calambres. Veo a mi compañero, fresco como una rosa, y nos vamos hacia la zona en la que están nuestras bolsas.
Comienzo a sentir frío, me dan una gabardina pero el frío no me pasa. Mi compañero me mira y me dice que me estoy poniendo pálido, así que llama a uno de los médicos, que al verme me dice que trae una camilla y nos vamos a la zona de “percances”. Allí me tienen durante un rato hidratándome y dándome glucosa, con un par de mantas encima; parece ser que no me he hidratado bien en carrera y la bala de glucosa me ha dado la puntilla.
Mi hijo está dando una vuelta, sin saber lo que pasa, y cuando pregunto por él me dicen que no está preocupado por no verme. Cuando puedo levantarme, agradezco efusivamente la atención prestada y vuelvo a casa, feliz.
La experiencia ha sido inolvidable, y me ha hecho más fuerte -sobre todo mentalmente-. Ha sido mi primera maratón, pero no será la última.

Ah, por cierto, el tiempo fue de 3h42, pero al final fue lo de menos. De todos modos, este año me vengaré, prometí volver y sacarme la espina.

martes, octubre 24, 2006

El día después del 10.000


Pensaba salir a primera hora de la mañana a la montaña para hacer un rodaje suave después del 10.000 de ayer, pero a las 6:00 se despertó uno de los gemelos y cuando conseguí dormirlo lo único que me apetecía era meterme en el sobre.
Decidí salir a media mañana, pero la cosa se lió y no pudo ser, así que a las 21:45, después de un día un tanto ajetreado, le digo a mi mujer:

- (con voz cansada) Bueno, ahora que están todos durmiendo,… me voy a correr un rato, a ver si se me pasa el agobio.
- (se gira y me mira sorprendida) ¿¿a correr??¿¿a estas horas??¿No tuviste carrera ayer? … Bueno, ve donde quieras (con resignación).
- Bueno, pues hasta dentro de 45 minutos más o menos.

Salgo con el MP3 y música de Amaral y La Oreja con el propósito de rodar un rato en plan lento. Hace una noche espléndida, da gusto correr; a los 20 minutos me quedo sin batería en el MP3 pero me da igual, estoy disfrutando de lo lindo. Cuando me doy cuenta, llevo 11km a 5’, así que me encamino hacia casa, totalmente recuperado del torbellino de día que he pasado –para que luego hablen del descanso dominical, ja-.

Llego y subo los 6 pisos por las escaleras, como casi siempre; me ducho, estiro un poco y me dispongo a cenar cuando mi mujer me dice:

- Ya veo que se te ha ido el agobio, tienes otra cara.

Ciertamente, el rato que he pasado corriendo ha cambiado mi humor, con el único inconveniente de que hasta la una de la madrugada no me entra el sueño, pero ha merecido la pena.

lunes, octubre 23, 2006

10.000 de Almassora 2.006 - Sensaciones

Esta es una de mis carreras preferidas, quizás porque fue de las primeras que hice. Me pilla a principios de temporada, por lo que me sirve de test para ver cómo han ido mis primeras semanas de entrenamiento.
Llegué sobre las cinco de la tarde a Almassora y, algo habitual en mí, tuve que preguntar dónde daba comienzo la carrera porque no lo había leído en la web. Veo a dos chavales que parecían locales y cuando les pregunto hacen cara de no haber oído jamás hablar de nada parecido a una carrera, más bien parece que han pasado la noche haciendo barra fija y levantamiento de vidrio. A la segunda parada me dan una pista: "Pues otro tío que iba en coche me ha preguntado por el ambulatorio, así que debe ser que allí hacen algo", y allí me dirijo, esperando que ese "algo" no sea una concentración de camilleros de la Seguridad Social; y así es, allí estaba montada toda la parafernalia pertinente, se veían piernas al descubierto por diestro y siniestro y personal de todas las edades y sexos en pantalón corto y camiseta.
Aparco sin problemas y me acerco a la línea de salida para ver las carreras de los chavales. Me voy encontrando con gente conocida -casi siempre somos los mismos- y animo durante un rato a los participantes. Los primeros a los que veo son a mis compañeros de club, finalmente somos 13 los que participamos; luego veo a la pandilla de los infatigables -Berto y Ayacucho son sus estandartes-, que participarán hoy y repetirán mañana, bien en Castellón o en Benicarló. Luego veo a Jungla y Alpinrunning, para acto seguido ir a cambiarme al coche.
Al volver veo a un compañero de club -de la élite-, y me pongo a calentar con él. Su objetivo siempre es estar arriba, entre los primeros; el mío hoy será bajar de 43'.
En la salida me arrimo a Berto para preguntarle como va a salir, y cuando me dice que a 4' le contesto que me alegro, que nos veremos en la llegada; yo voy a intentar rodar entre 4'15" y 4'20", así que rodaré solo.
Comienza la carrera, y hago 4'07 en el primer km y 4'10 en el segundo. Me pasa Alpinrunning y algún otro conocido, pero miro mi pulsómetro y mantengo un ritmo entre 4'15" y 4'20". Me encuentro muy cómodo, y me aislo del resto de la carrera. A partir del km. 5 empiezo a pensar en cómo afrontar la segunda mitad (un poco tarde, lo sé), y decido manterner el ritmo un poco más. Voy con uno del club MiM, y le comento que a ver si acabamos juntos; nos vamos relevando y manteniendo el ritmo.
A partir del km. 7 vamos adelantando gente, en el km. 8 cogemos a un colega del foro, Pirata, que se une a nosotros -ya somos trío-, y unos metros después alcanzamos a la segunda chica, a la que informamos de que la tercera está lejos; también le animamos a juntarse al grupo -así formaríamos el grupo mixto-, pero no le convence nuestra pinta y se queda.
El km. 9 se hace duro, parece que pica hacia arriba, pero la proximidad a meta nos da fuerzas. Llegamos al último kilómetro y me decido a echar el resto; dejo a Pirata primero y a MiM después, paso a varios corredores y en la recta de meta me propongo pasar a un corredor que veo que no va demasiado bien: lo paso a pocos metros de meta, miro el crono y ... ¡objetivo conseguido! 42'31" en mi pulsómetro, con 3'50" en el último km.
Recupero enseguida y comienzan las charlas post-carrera. El grupo de los infatigables ya ha llegado, y uno de ellos, Ojcar, ha batido su marca de mucho, ya es sub 39' -enhorabuena-. Ya están pensando en el 10.000 de mañana.
He sido el cuarto de mi club, no está mal, los dos primeros han llegado entre las 10 primeras posiciones, algo inalcanzable para mí, y Alpin está más fuerte que yo. Va llegando el resto y pasamos un rato comentando las incidencias; finalmente me quedo con Jungla a la espera de que abran el recinto de la merendola.
El tiempo se me echa encima y la entrega de premios se alarga, me temo que tendré que hacer un sprint final para echarme algo al coleto. Finalmente, cuando estaba a punto de irme, abren el recinto y en 10 minutos me pego un atracón de los buenos, para a continuación irme pitando hacia casa, dónde me esperaba mi mujer y los gemelos. Sólo llegué seis minutos tarde, así que cayó una nueva marca.
Mención especial para la organización, que estuvo fenomenal, tanto en el recorrido, marcado km. a km., como en la entrega de trofeos y la posterior merendola. El próximo año repito.

viernes, octubre 20, 2006

Comienzo a correr


Cuatro años hace ya desde que decidí cambiar mi modo de vida sedentario; atrás he dejado 18kg de grasienta pereza, que he cambiado por un bienestar que no conocía desde tiempos inmemoriales.
Mucho le debo a este deporte "del correr", pero sobre todo la mejora radical de calidad de vida, tanto física como mental, y el conocer gente que vale mucho la pena. Por ello, en este blog hablaré fundamentalmente de esta mi gran pasión, "el correr".