lunes, febrero 23, 2009

Carrera de Fondeguilla y previos

Tenía ganas de que llegara esta carrera, tanto y tan bien me habían hablado de su recorrido. La lástima fue que el domingo anterior tuviera una fuerte caída en la montaña, que me dejó lleno de rasguños, algún que otro moratón y con el tobillo derecho maltrecho.
El martes seguí las sabias y experimentadas doctrinas de la pareja Nomaz-Ayacucho: hayqueandarnormal - laslesionessecurancorriendo, y me chupé 10 series de 1.000 a 3'50, 10" más lento que la semana anterior debido a las molestias del tobillo y al dolor general en todo el cuerpo.
Miércoles de rodaje suave y gimnasio y llega el jueves. Me toca hacer cambios de ritmo, pero no me encuentro bien. A pesar de todo, caliento 15' y me pongo a hacer el primero: ¡fatal! Hago 10' a 4'20 y con unas sensaciones malísimas, así que me voy trotando a casa y a descansar.
El viernes descanso, y el sábado una hora y media de tenis, ya encontrándome bien.

El domingo me levanto sin muchas ganas, pero mientras conduzco me voy mentalizando para darlo todo.
A pesar de las bajas temperaturas, decido salir con tirantes y guantes -un acierto-, y la primera parte de carrera me encuentro bastante bien. Realmente me encuentro bien hasta que llegan las bajadas, en las que voy notando molestias en el tobillo. La bajada final fue insufrible -la peor bajada que he hecho nunca-, con unas ganas locas de llegar a meta. Finalmente llego en 2h06'ypico, tocado del tobillo y del coco.
La guinda final llegó tras salir pitando hacia casa.
Cruzando la Vall me da un amago de calambre en el abductor -cosas de no estirar, las prisas-, así que paro, salgo del coche y, todavía no sé cómo, se cierra la puerta y el seguro, con lo que me encuentro en pantalón corto con el coche cerrado y en marcha, la monda.
Al poco tiempo pasa una pareja que se ofrece a llamar a la policía local. Me envían un coche patrulla -tras 20' de espera-, y un agente intenta abrir la puerta, pero lo único que logra es cerrarla más todavía, así que le digo que llame a mi casa para que me traigan las llaves.
Tictac, tictac, tictac,... pasan prácticamente todos los participantes de la carrera ante mis ojos, ..., tictac, tictac, tictac, ... Peperun para para interesarse y tiene la amabilidad de no partirse de risa delante de mí, ...., tictac, tictac, tictac,... Grillo llega, se para, aguanta estoicamente sin soltar risa alguna y -gracias mil- espera hasta que llega mi mujer, que se pegó un susto de muerte cuando le llama la policía diciendo si conocía a un tal Vicente que llevaba un Chrysler.
Total, 1h50 de película de un tío en pantalón corto en una calle de la Vall al lado de un coche en marcha cerrado, apoyándose de vez en cuando en el capó para mantenerse más o menos calentito,... ¿quién me compra el guión?

Como véis, tengo una vida muy divertida :)

lunes, febrero 16, 2009

Leed, leed

La lectura fue uno de los tesoros que mi abuelo paterno, con la inestimable ayuda de mis padres, me entregó, y que me acompañará allá donde vaya. Y es un tesoro muy especial: creador de mundos mágicos, compañero en la soledad, maestro en la vida,...

Hoy recuerdo a dos grandes de la literatura (otra de mis pasiones, algo dejada de la mano de Dios en estos últimos tiempos): Edgar Allan Poe y Julio Cortázar.

En mi adolescencia fui un voraz lector de Edgar Allan Poe, extraordinario escritor, tanto de relatos cortos como de excelentes poemas. Otro maestro de la literatura, Sir Arthur Conan Doyle, dijo de él: "Si cada autor de una historia en algo deudora de Poe pagase una décima parte de los honorarios que recibe por ella para un monumento al maestro, se podría hacer una pirámide tan alta como la de Keops."

Reproduzco un fragmento de uno de sus relatos cortos:

La caída de la casa Usher (fragmento)

" En el más verde de nuestros valles, habitado por los ángeles buenos, antaño un bello y majestuoso palacio -un radiante palacio-alzaba su frente. En los dominios del rey Pensamiento, allí se elevaba. Jamás un serafín desplegó el ala sobre un edificio la mitad de bello. Banderas amarillas, gloriosas doradas sobre su remate flotaban y ondeaban (esto, todo esto, sucedía hace mucho, muchísimo tiempo); y a cada suave brisa que retozaba en aquellos gratos días, a lo largo de los muros pálidos y empenachados se elevaba un aroma alado. Los que vagaban por ese alegre valle, a través de dos ventanas iluminadas, veían espíritus moviéndose musicalmente a los sones de un laúd bien templado, en torno a un trono donde, sentado (porfirogénito) con un fausto digno de su gloria, aparecía el señor del reino. Y refulgente de perlas y rubíes era la puerta del bello palacio por la que salía a oleadas, a oleadas, a oleadas y centelleaba sin cesar, una turba de Ecos cuya grata misión era sólo cantar, con voces de magnífica belleza, el talento y el saber de su rey. Pero seres malvados, con ropajes de luto, asaltaron la elevada posición del monarca;(ah, lloremos, pues nunca el alba despuntará sobre él, el desolado) Y en torno a su mansión, la gloria que rojeaba y florecía es sólo una historia oscuramente recordada de las viejas edades sepultadas. Y ahora los viajeros, en ese valle, a través de las ventanas rojizas, ven amplias formas moviéndose fantásticamente en una desacorde melodía; mientras, cual un rápido y horrible río, a través de la pálida puerta una horrenda turba se precipita eternamente, riendo, mas sin sonreír nunca más. "

A Cortázar lo descubrí más tarde, y también me encandiló. Curiosamente, Cortázar fue un entusiasta lector de Poe, lo que denota su excelente gusto :).

De Cortázar, cómo no, un fragmento de “Rayuela”:

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."

lunes, febrero 02, 2009

Un año más, ..., Vilavella

Otro año más, puntual en la carrera de Vilavella, y creo que van cuatro o cinco seguidos, ya no lo recuerdo.

Este año tenía bastantes ilusiones depositadas en la carrera –quería bajar de 1h40-, aunque las dos últimas semanas tuve que bajar un poco el ritmo de entreno porque las rodillas me lo pedían a gritos.

Al finalizar la carrera me sentí bastante decepcionado, pero no quise pensar en ello en ese momento y decidí posponer el análisis hasta el día siguiente. Tras repasar mi carrera, llego a las siguientes conclusiones:

- Tengo poca montaña en mis piernas, por lo que en las subidas no cojo un buen ritmo.

- Llego demasiado fresco a meta, lo que quiere decir que no me exprimo en la carrera –sobre todo en las subidas largas, de pista, me acomodo demasiado-.

- Tengo que ser un poco menos “bueno” cuando alcanzo a corredores que bajan mal, y pedirles paso. Yo siempre cedo el paso al que va mejor.

Cometí varias equivocaciones:

- Elegí salir sin cinturón, lo cual fue un error, puesto que tuve que pararme en todos los avituallamientos. Para más inri, los controles estaban antes de las zonas de senda, por lo que me pasaba gente a la que luego no podía pasar en la senda.

- Como he comentado antes, debo aprovechar mejor las zonas de bajada, donde puedo ganar un tiempo importante frente a otros corredores que bajan peor.

Finalmente, llegué en 1h46 y pico, igualando mi mejor tiempo de hace dos años, pero lejos de mis cálculos.

En cuanto a la carrera, gran ambiente, excelente organización y día espléndido para correr. Mucho conocido, charlas por doquier y grata compañía en todo momento, tanto antes como durante y tras la carrera.

Ahora a entrenar duro, cambiar mis rodajes en asfalto por montaña y decidir cuándo vuelvo a competir, que ya no será en la segunda carrera de la liga, seguro.