martes, junio 26, 2007

Domingo por el Bartolo

El pasado domingo me levanté a las 5:45 dispuesto a hacer el recorrido Motocross-Bartolo (por las crestas) y volver.

A las 6:25 aparcaba el coche en el motocross y, nada más salir del asfalto para coger la senda -no había hecho ni 100 metros-, ¡zass, torcedura de mi tobillo derecho! Cabreo monumental, juramentos en hebreo, ... me siento a recapacitar unos segundos y decido apretarme fuerte la zapatilla y continuar, a ver qué pasa.

Los primeros minutos el tobillo me molesta bastante, pero el dolor va disminuyendo. Voy bastante tranquilo, a trote suave todo el rato, excepto la subida desde la font de la Teula y la subida final al restaurante. Mientras voy subiendo decido que llegaré hasta el principio de las crestas y volveré, no quiero arriesgarme a fastidiarme más el tobillo por las crestas.

Cuando bajo me molesta bastante el tobillo, así que bajo con el freno de mano puesto, cual monje de clausura faldeado hasta los tobillos, y así y todo sufro.

Bajando hacia la font de la Teula me tropiezo con la Kiya, acompañada por el bueno de Kiel y por Mario, y paramos a charlar un momento. Parece que está reconociendo el recorrido y, desde luego, Kiel es uno de los mejores guías.

Llego al coche y miro las pulsaciones medias: ¡123ppm! Pues si que he ido tocándome las pelotas, vaya paseo. Total, 1h40 incluyendo la parada por la torcedura y la xarraeta con Kiel y familia.

Durante el resto de la mañana me molesta algo el tobillo; por la tarde tengo partido de tenis con mi hijo, así que me armo de valor y jugamos 1h30 en la que intento correr lo mínimo posible -aunque mi hijo no muestra el menor signo de compasión hacia su renqueante progenitor-.

Por la noche, un buen baño, automasaje y hielo.

Al día siguiente me levanto bastante bien, creo que ya puedo olvidarme de la torcedura.

lunes, junio 18, 2007

Sant Joan de Moro

El viernes por la noche no podía dormir, parecía que me estrenaba en esto de las carreras. Pero es que cuando me retiré en la MiM, sabiendo que mimalditotalónderecho estaba maltrecho y que tendría que parar, me planteé como primer objetivo reaparecer en Moró.

Tras las visitas del traumatólogo y de mi magnífico fisio, Nomaz, no las tenía todas conmigo; es más, el traumatólogo no me dará el alta hasta Julio y Nomaz, aunque no me lo ha dicho directamente, no era partidario de que saliera a Moró.

Pero, en mi caso, necesito proponerme unos objetivos para motivarme, y creo que aunque ahora esté algo peor de mimalditotalónderecho que el viernes, estoy mucho mejor en general y el haber participado y acabado la carrera me ha fortalecido anímicamente una barbaridad.

El sábado a las 5h30 estaba despierto. Desayuno, me cambio, hago la visita pertinente al WC, reviso mis bártulos y me voy hacia Moró. En cuanto llego voy a exponer mi caso de la pérdida del dorsal y Petjada me comenta que ya lo habían previsto y que habían duplicado los dorsales que se recogían en las tiendas: primer tanto para la organización.

Comienza a llegar gente y, por supuesto, conocidos. Es tremenda la cantidad de gente que me conoce y/o a la que conozco, el ambiente en las carreras es entrañable, casi diría que familiar. Hablo con varios compañeros de Amics del Clot –enhorabuena a Xavi, cuarto veterano-, llegan Ritxi, Berto –hoy de calle-, Pirata, Jungla, … bueno, que sin darme cuenta es casi la hora y me pongo a calentar con Alpin y Pirata bajo una ligera lluvia que luego nos acompañaría con mayor o menor intensidad durante toda la carrera.

En la salida me despisto y no salgo adelante, síntoma de que el tiempo final no es mi objetivo. La gente, como siempre, sale disparada; yo cojo un ritmo aceptable y así pasan los primeros kilómetros por asfalto; durante unos minutos corro con Punxa, pero después lo pierdo.

En la subida me coge Pirata y rodamos juntos un buen rato; voy subiendo tranquilo, sin forzar. El haber salido retrasado hace que pille un par de tapones, pero no me preocupa, estoy disfrutando mucho; la lluvia en días calurosos como éste me encanta, la montaña huele mucho mejor cuando llueve.

Llegando arriba del todo veo a Berto, que me “anima”: “Te veo demasiado atrás, vas un poco lento”; tiene razón, pero hacía tiempo que no iba a una carrera sin objetivos de tiempo, así que había que aprovecharlo. Una vez comienza la bajada me “emociono” y comienzo a subir el ritmo; paso a varios grupetes hasta llegar a uno de tres en el que el tercero parece nervioso por pasar pero no se atreve; le animo a pedir paso, lo hace y me voy detrás de él. El suelo mojado te hace ir muy concentrado, la bajada es estrecha, de senda, …¡estoy en mi salsa! Finaliza la bajada y bajo mi ritmo, hace más de un mes que no ruedo más de una hora y hay que reservar.

El tramo que más sufro es el de la bajada por pista: si me lanzo noto que el pie derecho puede resentirse; si me freno sufren las rodillas. Así pues, lo paso como puedo y me alegra ver cuando finaliza.

Sigo a un ritmo tranquilo hasta la última bajada, en la que vuelvo a apretar. Cojo a un corredor que no me da paso, no encuentro hueco por dónde pasarle, así que en una curva veo un recto y me lanzo por allí: ¡sorpresa! He calculado mal la altura, así que utilizo mi culocolchón para deslizarme; el corredor me pregunta si me he hecho daño pero yo le respondo bajando rápido que nada, nada, mientras me frotaba con energía mis doloridas ancas.

De ahí al final pongo un ritmo sostenido y me dejo algo para el final. Voy con un chaval joven; a kilómetro y medio nos pasa un corredor bastante justito de fuerzas, está con nosotros unos metros y comienza a irse; comento con el chaval que podemos cambiar, pero que hay que dejar un cambio para el final; no lo veo muy decidido, así que aumentamos ligeramente el ritmo, lo suficiente para que no se nos vaya apenas el corredor. Divisamos meta y entonces cambio, entrando en meta con fuerzas y muy satisfecho. El tiempo no es bueno, pero no importa, hoy no.

Después viene una larga sobremesa, charlando con unos y otros, felicitando a los laureados (excepto a Jungla, que se enteró en casa de su podium). Allí estaban Ayacucho y Berto buscando desesperadamente a Grillo –enhorabuena, veterano-, Ritxi con su familia al completo, mis compañeros de Amics del Clot, y tantas y tantos foreros que participaron. Pronto llegó Erenida, una de las grandes triunfadoras del día, vaya recuperación la suya.

La organización estuvo excelente, con Petjada que parecía estar en todos los sitios, unas cocas de muerte, toda la bebida que quisiéramos,… ¡que aprendan muchas otras organizaciones!

Así pues, un día excelente de montaña en compañía de excelentes compañeros, ¿qué más se puede pedir?

viernes, junio 15, 2007

Retorno a Montaña Negra

El miércoles a mediodía me acerqué al Sanatorio para hacer mi primer entreno por montaña desde que reanudé mi vida correril normal-primero y último antes de Moró-.

Estaba algo nervioso, no sabía como me responderían las piernas tras más de un mes sin montañear, así que he salido tranquilo en busca de sensaciones. He elegido mi ruta preferida, cresteando por la senda que comienza en la parte alta del Sanatorio hasta llegar a la cantera y vuelta por el camino clásico que lleva a los naranjales que sustituyeron infaustamente hace pocos años parte del bosque existente.

Las primeras subidas y bajadas son suaves, perfectas para calentar músculos y prepararlos para la primera rampa dura -nada que ver con las aventuras de Berto, claro-. Es una subida corta pero que cuesta hacerla trotando, pero la he subido sin problemas.

Aquí vuelvo a ver, después de un tiempo, los devastadores efectos del incendio reciente que asoló la zona. El matorral ha aparecido de nuevo pero ahí siguen los espantosos e innumerables restos carbonizados, antaño acogedores huéspedes de hermosa vida animal. Oigo también el sonido de sierras talando árboles, y veo que han ensanchado la pista en algunos tramos: ¡mala cosa! No sé que me da que pronto transformaran esto en una urbanización. ¡Qué pena!

Volvamos al entreno: luego viene otro tramo suave de subeybaja y finalmente dos subidas cortas pero duras que también he hecho al trotecortito. Las sensaciones hasta ahí (unos 26 minutos) han sido buenas, ahora queda ver como acometo la bajada algo técnica que lleva hasta la cantera.

La hago con precaución, no me conviene zapatear mucho ni darle demasiada caña a mi malditotalónderecho, así que me concentro en la bajada sin arriesgar en absoluto. Me encantan las bajadas que yo llamo técnicas, bajadas por sendas estrechas con suelo irregular que exigen concentración para elegir dónde depositar los pies; aunque bajo con cuidado, consigo disfrutar de la bajada.
Una vez en la cantera, ligera subida y luego bajada por la senda que vuelve a los naranjales. Finalizando la bajada veo un corredor a lo lejos y decido cambiar el ritmo para ver si le pillo; afortunadamente iba bastante suave, así que llegando al bosquecillo del sanatorio lo paso raudo y veloz; no lo reconozco, le saludo pero creo que no me lo devuelve, hago la última bajada fuerte y acabo muy satisfecho. Quince minutos largos de estiramientos finiquitan un entreno que me ha dejado un buen sabor de boca.

viernes, junio 08, 2007

¡Echa el freno, Madaleno!...¿o no?

Pues si, ayer me pasé de frenada y por la noche me dolía algo el talón, y esta mañana al levantarme también. De todos modos, he salido cuarenta minutillos en plan tranqui -tampoco estaba para mucho más- y mañana descansaré.
Esta tarde he pasado a ver a mi superfisio y me ha dado un toque cariñoso:

- "Ya he leido lo que hiciste ayer; no te he contestado pero no debías haber rodado tanto rato"
- "Tienes razón, jefe, pero me pueden las ansias"
- "Bueno, pues frénate,... Y lo de Moró, ¿lo tienes claro?"
- "Pues,..., la verdad es que no del todo"
- "Piénsalo bien, no sea que vayamos a jorobarla"
- "Si, me lo pensaré""Hasta el lunes"

Pero a los cinco minutos de salir de allí ya me lo había pensado: "Saldré, aunque sea en plan tranqui""Bueno, puedo decirle a Jungla que me uno a su duo con Pirata y así no haré barbaridades""Mmmmm, ya veremos, todavía queda más de una semana"
¡¡Y es que me pueden las ganas, mechachis!!

jueves, junio 07, 2007

Corazón revolucionado

Hoy me he puesto el pulsómetro para salir,... ¡¡craso error!! El periodo de inactividad correril ha hecho mella en mi "probe corasón" y voy con las pulsaciones allá arriba -por el Bartolo, lo menos-.


Al menos he aguantado estoicamente 1h10 a un ritmo decente, aunque el cambio final de mi compañero Agus casi acaba conmigo.


Por otro lado, he salido sin las taloneras que estrené el lunes. La razón es que creo que me cargan mucho los isquios; hoy se me han cargado mucho menos, así que probaré unos días sin taloneras a ver si el malditotalónderecho no despierta de su letargo.


Creo que en Moró saldré en plan tranqui, no creo que en los días que me quedan recupere ni siquiera una parte significativa de mi anterior forma. De todos modos, estoy contento porque corro sin dolor y, lo que es más importante, los dolores no me aparecen en todo el día. Así pues, tomémonos la "reentré" con paciencia y esperando tiempos mejores.


Un saludo en especial para Erenida, hoy me la he cruzado en la Ronda pero iba cansado y mi cerebro no ha estado especialmente afortunado -ya sabéis las féminas que los hombres sólo tenemos una neurona, y yo la tenía sudando la gota gorda y ocupada en mantener mis músculos en movimiento- y no ha reaccionado a tiempo. La próxima vez no te escapas de que te acompañe un rato.

martes, junio 05, 2007

Vuelta a la normalidad

Ayer, tras 18 días sin correr, me calcé de nuevo mis Mizuno y rodé durante 47 minutos por mi fiel Ronda Este a mediodía.

Llevaba un par de días queriendo salir, pero el temor a la recaida y la opinión desfavorable de mi fisio frenaban mis ansias.

Al comenzar sentía algunas molestias -estrenaba unas taloneras, siguiendo los consejos de mi compañero AngelGrillo-, pero a los pocos minutos ya disfrutaba de las añoradas sensaciones. A la media hora me encontré con el infatigable Berto y rodamos un rato juntos, él contándome su experiencia en la carrera del findesemana y yo feliz de escucharle mientras corría. Luego, quince minutos largos de estiramientos, una buena ducha y como nuevo.

Me he encontrado muy bien; de hecho, en estos 18 días he salido doce veces en bici y he jugado dos días a tenis, por lo que no debo haber perdido mucho. Esta semana me dedicaré a rodar, hacer algún cambio de ritmo y ver si el malditotalónderecho me responde bien, en cuyo caso acudiré raudo y dispuesto a Moró, donde espero encontrar a un buen puñado de foreros y pasármelo en grande.

En cuanto a la lesión, ayer fui de nuevo al traumatólogo que, sin ni siquiera mirar mi malditotalónderecho, me recetó diez nuevas sesiones de fisio y me citó para dentro de un mes; entonces veríamos si las plantillas que llevo desde hace pocos días realizan su función de descarga y me da el alta. Por supuesto, no le he preguntado si podía correr, por si acaso.